Cogí mi gabardina, guardé el USB en el bolsillo interior de esta y volví a intentar localizar a Isaac. Esta vez contestó.
- ¿Isaac? - pregunté medio agobiado y con unas ganas inmensas de sacarme esa información de encima.
- Si, ¿Ya tienes lo mio? ¿A que vienen tantas llamadas? - pregunto antes de que pudiera cantarle las cuarenta.
- Te la cambio por algunas respuestas - dije en todo burlón mientras mi abría el Google Maps con la mano derecha - ¿Donde dices quedamos?
- Que tal en Carrer Bailèn, 43 es un bar de confianza. - dijo casi sin pensar.
- De acuerdo, voy.
Salí del despacho tan rápido como puede para evitar que Gisela me preguntara por los informes que, aunque era verdad que "casi" los tenia acabados, poder evitarlos un rato mas era un placer que no podía evitar.
15:40 p.m Barcelona.
Llegué al Bar, no era para nada el sitio que yo escogería para hablar de estos temas ya que, en lugar de tranquilidad había ruido y si yo prefería la privacidad, había bastante gente curiosa mirando el juego de la mesa de al lado. Un lugar algo atípico pero seguro que él tendría buenas razones para haber quedado allí.
Me pedí una cerveza, me senté en una mesa cualquiera y eche un vistazo alrededor. Un punto bueno que tenia el local que no contaba con cámaras de vigilancia.
15:50 p.m Barcelona.
Pedí mi segunda cerveza, me estaba empezando a impacientar. Isaac apareció al cabo de 5 minutos con un juego de mesa que le ocupaba las dos manos y me hizo una seña que no llegue a entender así que me quede quieto sin saber que hacer en ese momento.
- Perdón por la espera, pero es que no sabia por cual decidirme - dijo el volviendo ha hacer el mismo gesto.
¿No pretenderá que yo juegue a eso? - pensé para mi estrechándole la mano.
- ¿Que juego es este? - pregunte con toda la curiosidad del mundo, ya que parecía raro.
- Se llama Sombicide, ya veras como te va a gustar y me mires con esa cara - dijo Isaac haciendo un ademán con la mano.
16:55 p.m Barcelona.
La verdad es que no estuvo mal el juego y en la mitad de la partida, aprovechando que la ida y venida de miniaturas de un lado para otro, me dio tiempo a pasarle el usb y a comentarle la jugada de la forma mas discreta que se me ocurrió. Pero, mientras estábamos recogiendo, solo me quedaba una última pregunta que hacerle.
- ¿Para que querías esta información? - pregunté miradolo por encima de mis gafas.
Isaac se quedó un momento quieto, me miró de reojo.
- Ya has notado que no estoy dispuesto a contarte nada sobre esto, ¿verdad? - dijo mientras se levantaba para guardar el juego.
Entrelacé los dedos de mi mano, las puse delante de mi boca antes y mantuve mi mirada hacia adelante.
- No vuelvas a pasarme este tipo de trabajos otra vez o me veré obligado a contestar por mi mismo a esas preguntas - dije mientras dibujaba una sonrisa entre dientes claramente visible desde la mirada de Isaac.
- Ya veremos - dijo el mientras se marchaba y me devolvía la misma sonrisa.
17:23 p.m Barcelona.
La verdad es que no había ido del todo mal, aunque me fastidiaba no haber obtenido todas las respuestas que necesitaba saber y lo que me irritaba aun mas era que ahora, no solo tendría que volver a ponerme con los informes si no que había perdido una memoria USB. La factura de este mes la va a salir cara.
Así acabó el día, tan pronto estas investigando una catástrofe aérea como que estas rellenando informes.
A veces no hay finales con fiesta y alcohol sino que vuelves a tu oficina como si nada hubiera pasado, cerrándote en tu oficina de nuevo sin que nadie sepa lo que has hecho y queriendo llegar a casa para volver a empezar una día mas.
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